La Mar

Por: Luis Enrique Medina

Todos los sabores de Perú en un bello espacio de la zona palermitana. Un equipo con el  Know-How de una de las cebicherías más importantes del mundo, que desembarca con esta sucursal en nuestro país.

Lo que todos deseamos, a la vuelta de la esquina.

Si pensamos en Lima, en un viaje a esa ciudad maravillosa, además de los hermosos paisajes, su gente y el Perú histórico, nuestra cabeza solo piensa en un viaje gastronómico, su famosa cocina tradicional es la tentación más importante. En este momento tenemos la posibilidad de saciar ese deseo yendo tan solo a Palermo.

Donde era el antiguo orfanato judío y que luego fuera terminal de una línea de colectivos, se ha transformado con una maravillosa puesta en valor del edificio y se ha alojado a una de las mejores cebicherías limeñas, con sede en distintos lugares del globo: Lima, San Francisco, Santiago de Chile, Bogotá, Miami, Sao Paulo y ésta en Buenos Aires, manteniendo su calidad de una manera muy efectiva: dan la franquicia, pero tienen que tener el personal de la que está en Lima, al menos por dos años, hasta que preparen al personal local. Explico esto porque es muy importante la originalidad de sus platos.

Mi bella mujer pasó por el lugar y me avisó que había algo para conocer, ella tiene buen ojo y buen gusto. Desde que entramos sentimos que era un sitio especial, con quienes nos encontramos, el espacio, todo era interesante. Su anfitriona Loreley nos recepcionó, ofreciéndonos distintos espacios. Está el interior, que es muy amplio, cómodo y con buen clima, pero elegimos la barra de afuera: el jardín externo es tentador, hay mesas y barras. Ya ubicados allí pudimos observar la preparación de los tragos. Manuel, el bartender, nos asesoró para combinar las bebidas con el plato que elegimos compartir, una abundante Plancha anticuchera, pulpo y chipirón anticucheros con papitas y choclo. Una delicia.

El chef se acerca a cada mesa para chequear como está todo, tuvimos la posibilidad de conversar con Anthony Vázquez, es una de las cabezas de la cadena y está abocado a dirigir la cocina con su equipo y preparar gente. La felicidad que le da lo que hace aflora y el afecto por su equipo se notó cuando se dirigió a Franklin, quien nos atendía. Él nos recomendó de postre Cachanga, una adaptación de las tradicionales Cachangas limeñas, son unas finas tortillas con anís, muy crocantes, que se venden en las calles para los niños, bañadas por una melaza roja. La versión de La Mar es con una variedad de frutas tropicales y helado de banana, Manuel nos recomendó acompañarlas con un Negroni y un Paso del Conde para mi mujer. Este trago posee la base del Negroni, pero con canela ahumada y ron, logrando un sabor no tan seco.

Cada uno de los platos mantienen la clásica fórmula, no han sido adaptados para nuestro paladar y eso es lo bueno, una típica cebichería, en la que no hay sushi. Como dicen ellos: ¡esto está buenazo! Por eso lo recomiendo enfáticamente. El lugar es inmejorable, tanto el salón como los jardines para disfrutar el verano que llega, la atención es estupenda, los precios son razonables, la comida y la barra excelentes, hay muy buena música, podría asegurar que es uno de los mejores sitios de la ciudad, donde vale darse cuenta de lo bueno que es disfrutar y ser uno. Compruebe. Ingrese en la web y visite su carta, verá que es un inventario de deseos.