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Esrenos argentinos

Cien años de perdón

Por: Lucía Fontana

Película española con coproducción argentina, ideal para comer toneladas de pochoclo.

Llueve. Un banco en Valencia se prepara para despedir masivamente a sus empleados.

La gente común nada sabe: va a hacer sus trámites dejando los paraguas mojados, haciendo la cola, pidiendo préstamos e hipotecas.

De repente, un grupo de enmascarados con armas irrumpe en el salón principal.  

Tienen la intención de que todo marche rápido, fácil y limpio. Pero las cosas se complican y pronto empiezan a develarse las íntimas razones de un robo y las relaciones que los ladrones y los policías encargados de impedir el atraco establecen entre sí.

Con un guión entretenido, que quizás pega algunas vueltas de más, se presenta "Cien años de perdón", peli de policías y ladrones que juega con las eternas crisis del capitalismo global, que hoy te tocan a vos y mañana a mí, como les pasa a los atracadores, que son casi todos argentinos  post corralito del 2001 y aterrizan en una España devaluada.

La pantalla sufre una verdadera catarata de hombres hermosos, con Rodrigo de la Serna a la cabeza, seguido por el español Luis Tosar (ganador del Goya por "Te doy mis ojos", buena película acerca de la violencia de género). Los dos están realmente impecables. Rodrigo de la Serna va en camino a tener el carisma de un Darín. Su personaje, un poco chanta, siempre comprador, ingenioso y violento, lo compone a la perfección.

También son de la partida Joaquín Furriel, Luciano Cáceres y Raúl Arévalo. El elenco se completa con José Coronado y la convincente actuación de Patricia Vico.

Se trata de una película muy bien filmada, con tomas memorables como las del agua (sin ánimo de spoilear). Tiene  mucho vértigo y la virtud especial que le encuentro es que ocurren momentos de buen humor que la salvan de cualquier caída argumental que pueda sufrir.

Hay una misteriosa caja guardada en el interior del banco, una pelea por liderazgos encarnada por los personajes de De la Serna y Tosar, un Joaquín Furriel que se afana la película con su wachiturro de ojos azules y corazón de oro y una especial composición de Cáceres, que vive cosas internas todo el tiempo.

El star system funciona muy bien en esta parte del mundo, y nos deja ver un poco cómo nos perciben a los argentinos en España (¿simpáticos ladrones?).

La edición es de película norteamericana, bien cuidada y siempre buscando la narración. Pochoclera, divertida y con un guiño  mínimo pero presente a la realidad social que se vive en este sistema nuestro de cada día, es buena para verla con amigos, porque con la amistad y la lealtad se sostiene esta historia.

 

 

Estreno en Buenos Aires: 3 de marzo.