No daré hijos, daré versos

Por: Walter Bergonzi

La vida nos ofrece un sinfín de oportunidades para disfrutar, es necesario ir en su búsqueda. Tomarnos un momento para el suave disfrute de la emoción que nos da este espectáculo, es una buena manera.

Delmira Agustini (1886-1914), fue una poeta uruguaya. Compartió sus días con un puñado de revolucionarios de la pluma, entre quienes se encontraban Leopoldo Lugones, Julio Herrera y Reissig, Rubén Darío y Horacio Quiroga a quien Delmira consideraba su referente en la escritura.

Ella es una de las máximas plumas de la poesía erótica rioplatense. Trasgredió una sociedad, época, costumbres y mandatos para intentar ser una mujer independiente y libre, pero lamentablemente un mal amor la encontró.

A poco más de un mes de casada con Enrique Reyes y ante la incomprensión, abandonó su hogar. Un año mas tarde, una bala la atravesó y murió asesinada por su ex marido. Poemas, cartas de amor y el arma homicida conformaron un lote de remate en 2010.

Marianella Morena es la dramaturga de esta tragedia de tres actos seleccionado por el Festival Internacional de Dramaturgia Europa + América. Con la habilidad que lo caracteriza, el joven director Francisco Lumerman lo lleva a escena con música original y en vivo de Agustín Lumerman.

Es tan emblemática la historia, que necesita varias mujeres para mostrar un símbolo tan importante de la violencia de género.

Hay un lenguaje en cada acto y Malena Figo, Iride Mockert y Rosario Varela, junto a Jorge Castaño, Diego Faturos y German Rodríguez tienen la labor de asumir infinidad de roles, transitar distintos géneros teatrales, allí exhiben con efectividad las herramientas necesarias para inspirar tantas sensaciones como Lumerman se propone despertar al tocar un tema tan profundo, que nuevamente le sirve para concientizar, al igual que lo hace con los materiales de su autoría que exhibe en su espacio teatral Moscú Teatro.