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Por: Juan José Bertolaga

Terminar la semana con un buen espectáculo es muy bueno, pero si este, además de asombrar instruye, contiene un plus más que interesante.

Cada domingo Marcelo Savignone, el supremo de la improvisación, lleva a cabo la ceremonia que asombra a cada platea que presencia este rito.

La idea es del propio Savignone y Alfredo Iriarte, quien además es el creador de las máscaras y títeres que se utilizan para traer a escena a los diversos personajes de la comedia del arte. En escena, Víctor Malagrino acompaña musicalmente a Savignone, quien da una clase teórica y práctica de los diversos personajes de la sociedad de otrora, que poco difiere de la nuestra según nos vamos dando cuenta.

El espectáculo se arma con una serie de consignas o frases que va dando la gente antes de ingresar. Estas sirven como mojones del camino de la historia improvisada a cada minuto, que el actor va desarrollando con la maestría que lo ha puesto en el podio a lo largo de décadas, en las que presentó espectáculos como aquel recordado Sucesos en swing, épocas de la formación del grupo creativo Sucesos argentinos; aquella genialidad que era Vivo con sus mil máscaras y su capacidad de improvisar personajes, historias, situaciones, como pocas personas lo hacen; Aquel delirio que fue Tape; o los más recientes trabajos en los que toma un clásico y realiza una versión como es el caso de Un Vania o La gaviota.

Actualmente posee distintos espectáculos en la ciudad: Mis tres hermanas, una adaptación de clásico de Chéjov, actualmente en La Carpintería; Antes de antes y Negro sobre negro los viernes a las 21 y a las 23 en Belisario y En sincro, un recital de rock muy especial que no hay que perderse, los sábados en El Teatro Picadero.

Agende: Savignone tiene muy buenas propuestas solo con él y de él. Pero además recuerde que cuando está su nombre en las marquesinas, hay que entrar.