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Jazz

Kaleidoscope

Por: Lucas Petersen

El cuarteto suizo visita la Argentina para presentar su rara propuesta de aire académico y bastante más que corazón popular.

El cuarteto de cuerdas es una de las formaciones más convencionales de la música clásica, con un rico y extenso repertorio y exponentes de prestigio planetario. Muchas veces, también, ha funcionado como refuerzo listo-para-usar de la música popular, con muy diversa suerte e intención. Desde la revolución que fue Eleanor Rigby y el linaje que de ahí se abrió hasta no pocos mamarrachos que, con un supuesto halo de distinción, han empastado canciones que hubieran sido mucho mejores sin él, pasando por adaptaciones que buscan sacarle agua a las piedras y otras que, por el contrario, naufragan en mar abierto por falta de músculo.

En medio de todo esto, el cuarteto de origen suizo Kaleidoscope encontró un sendero muy poco transitado: la composición de música popular instrumental, que sin renegar de cierta complejidad resulta más que accesible. Popular, digamos, en el sentido del jazz, circuito en el que hacen gran parte de sus presentaciones. Aunque no dejan de tirar cada tanto un centro hacia la música contemporánea y/o experimental, casi todo lo suyo tiene raíces más familiares: muchos temas con una primera voz bien delineada, improvisación, tempo en general regular, energía a caudales, hermosas y nocturnas y nostálgicas canciones, aires de bossa nova, ecos de blues, guiños al trabajo fundante del violinista Stéphane Grapelli en el gipsy jazz, muchas cuerdas pulsadas (incluso con slap, ese recurso por el que la cuerda chasquea contra la madera)…

Si ya todos coincidimos en que las categorías dan más problemas que explicaciones, Kaleidoscope quizás sea un excelente ejemplo, plantado bien al medio, de esa cosa inexplicable que está siendo la música más interesante de este siglo XXI. 

Boris Club

Gorriti 5568. Miércoles 25 a las 21:30.