Derrotas Cadenas

Por: Lucas Petersen

Con Huíd mortales recién publicado, el cuarteto ratifica su apuesta por un lenguaje contemporáneo que no sea inaccesible. 

Nos habíamos ido olvidando que existía Derrotas Cadenas. La partida de uno de sus fundadores, el bandoneonista Pablo Gignoli, poco después de la salida del primer disco, fue el puntapié para un largo silencio discográfico, acompañado con pocas fechas en vivo. Parece que ahora la cosa está reencaminada. El liderazgo compositivo del violinista Bruno Giuntini, la incorporación de Eugenio Soria al grupo que completan Juan Pablo Marcó (piano) y Rodrigo Loos (contrabajo) y una larga puesta a punto condujeron a la postergada segunda obra, Huíd mortales, que llegó a la calle hace muy poquito.

Como su nombre (y el del disco) lo sugiere, Derrotas Cadenas es muy agudo para reconocer en frases del acervo cultural del país posibles torsiones hacia una realidad que se escapa de los moldes previsibles. Así están: con un pie adentro y el otro afuera de la tradición, como ese plato de cadenas con salsa y queso que ilustra la tapa.

Por un lado, algo muy propio del tango actual: el vértigo. Huíd mortales tiene dieciséis temas en 40 minutos: el impacto de una idea sonora, la exploración de un par de ramificaciones y una conclusión. Tango de dimensiones punk, acelerado, agresivo, lacerante. (Hay también un par de temas cantados, con letra y voz de Dema, que comparte con ellos ese gusto por el fondo trágico de los juegos de palabras: “A destiempo corren las agujas, con la esperanza de encontrar las venas”).

Por el otro, Derrotas Cadenas se afirma en algunas claves que hacen que no sea una propuesta hermética. No suenan reventados ni oscuros ni enrevesados. Puede seguírselos sin esfuerzo y son camarísticos, limpios y brillosos sin perder dramatismo, inteligentes en la distribución de roles y voces. En definitiva, suenan contemporáneos, muy contemporáneos, sin dejar de ofrecer una tabla a la que se puede aferrar el no iniciado en los vericuetos estéticos del tango actual. Siempre son mejor digeridos los cadenazos si vienen con salsa y queso.