Juegos de amor y de guerra

Por: Atilio Tustali

Sobresaliente material que muestra un sinfín de observaciones sobre muestra historia reciente y este presente correlativo. Con un nuevo elenco, imperdible.

Valiéndose del recordado “escándalo de los cadetes” acaecido en 1942, la genialidad del dramaturgo, novelista, ensayista, historiador, compositor y puestista Gonzalo Demaría, trae a cuento esta obra de difícil calificación de género. Posee la trama romántica de un melodrama, mucho humor, suspenso y la crueldad de las tragedias shakesperianas.

Con este pretexto, Demaría hace una revisión acerca de otra Argentina, madre de la actual, con una oligarquía enfundada en la bandera patricia, en pos de conseguir un podio social a costa de sangre, poco sudor y muchas lágrimas contenidas, connivente con un ejército de raíces prusiano y de accionar nazi en coherencia con su ideología. En medio, una clase inmigrante, sin derechos, que oficiaba de la parte más delgada del hilo.

Dirigidos por Barney Finn, el elenco lleva adelante, con soltura, la difícil tarea de componer estos extraños personajes que simbolizan mucho más que una identidad humana.

La perla del reparto es la composición de Sebastián Holz, un verdadero muestrario, donde el personaje pasa por los más diversos estadios, saliendo vitoreado en el saludo final. Santiago Magariños y Diego Vegezzi con sus trabajos, están a la altura de las circunstancias, sosteniendo una paridad que indica a este material como uno de los más sobresalientes de nuestra cartelera. Agende y no falte.