RECOMENDADOR DE ARTES Y ESPECTÁCULOS

Drama

Hambre y amor

Por: Atilio Tustali

Cuando un clásico de Ibsen encuentra una mirada tan significativa como la este creador, se produce una fiesta a los sentidos.

Llegar al Sportivo es algo que siempre me remite al respeto absoluto por el género teatral, interiormente lo siento un templo.

Allí he disfrutado desde mediados de los 80 de las más hermosas experiencias del género. Podría hacer una inmensa lista de títulos pero prefiero concentrarme en el presente de lo que hoy les quiero recomendar.

El clásico de Ibsen, Hedda Gabler, es un material que siempre me ha resultado extra ordinario. Si bien es claro y conocido, es también una plataforma donde el autor expresa una crítica a la burguesía de su época y región, al aburrimiento en que deriva el exceso de riquezas y bienestar en cualquier humano; en definitiva, eso es lo que le pasa a la “pobre” de Hedda, como lo expresa claramente en el segundo acto: solo siente aburrimiento. Siempre me ha sobresaltado repasar, en cada nueva puesta del material, decisiones abruptas que le encuentro al personaje y que para su época, viniendo de una mujer, serían impensadas; teniendo en cuenta el escándalo que provocaron las características de Nora, en Casa de muñecas. Hedda tiene reacciones y decisiones que lo posicionan a Ibsen como un vidente, una especie de Xul Solar de la dramaturgia, una mujer que en la actualidad podríamos señalar como “sin filtro”, adelantada para la época, con reacciones que imposibilitaban convivir con ella, destructivas de sus seres queridos.

Esta versión de Ricardo Bartís, estrenada en el 2016, que se mantiene en cartel y roguemos que sea por mucho tiempo, oficia de alguna manera como didáctica para los argentinos, que viniendo de un maestro no es de extrañarse. Aquí Bartís, a través de excelentes actuaciones provenientes de un elenco compuesto por Pablo Díaz como Elvert Lovborg, Leo Martínez como el Magistrado Brack, Micaela Rey en el rol de la señora Elmer, Mirta Bogdasarian en una destacada composición de Tía Juliana, conformando la pareja central Jada Sirkin en el rol del lastimado esposo Jorge Tesman y en la composición de Hedda la genial interpretación de Carolina Faux, realiza una marcada analogía entre la Argentina y Hedda.

Aquí radica la genialidad del reconocido maestro. Un país que ha vivido un apogeo en todas sus áreas al igual que Hedda, ha disfrutado de la riqueza y el bienestar, pero ambos se resisten a aceptar que eso es parte del pasado y que la actualidad está cargada de fracaso y derrota, que el solo pensamiento la lastima, al igual que nos molesta pensar en esta decadencia a los argentinos. Encontré analogías como la de la muerte de la anciana sin que a nadie le interese o lo sufra, de la misma forma que la ancianidad es burlada en nuestro país. El trabajador que pretende un ascenso salvador, proveniente de un arreglo y no de su capacidad. La presencia de armas en manos que provocan el dolor irreparable. El sálvese quien pueda, tan cotidiano en nosotros.

En definitiva, detrás de una magnífica estética, hay un material que nos ayuda a mirarnos y reflexionar sobre nuestra realidad. La sagrada misión del teatro de la mano de uno de nuestros máximos referentes.

 

Sportivo teatral

Sportivo Teatral. Thames 1426. Viernes a las 21. Sábados a las 21 y a las 23.