RECOMENDADOR DE ARTES Y ESPECTÁCULOS

Música popular uruguaya

Alberto Mandrake Wolf

Por: Lucas Petersen

El autor de Amor profundo, singular personaje de la escena montevideana, edita por primera vez un disco aquí y viene a presentarlo. 

Respetado por grandes y chicos (de Roos –que volvió clásico su tema Amor profundo– y Rada para abajo, casi todo el escalafón), con varios premios en Uruguay, extrañamente Alberto Mandrake Wolf no tuvo en la Argentina la difusión que tuvieron varios de sus contemporáneos, aquellos que emergieron a la escena en los 80. ¿Demasiado raro? Puede ser. ¿Algo despreocupado por trabajar el cruce? Capaz.

Si habría que definir rápido a Wolf, lo ideal sería callarse. Pero no queda otra. Para empezar, tiene sus credenciales de uruguayidad: raíz de candombe beat, cierta melancolía casi pueblerina, incluso –especialmente— esa cosa muy poco ortodoxa, ese costumbrismo deforme, desconcertante, que caracteriza a algunos exponentes como el gran Eduardo Mateo o incluso Leo Maslíah. Tanto ellos como Wolf parecen escribir sus canciones como si la realidad fuese tan extraña y común a la vez que solo admite una mirada oblicua, repleta de ternura a veces, de ironía otras.

Los Años Luz edita por primera vez acá un disco de Wolf, Primitivo (1993). Aunque hoy está en una línea más rockera, aquellos diez temas condensan muy bien su idea de la canción: del realismo ingenuo y sensible de Cococho al realismo fantástico de Mi cardenal colorado; del lirismo de Ella va 1 ½ al filosofismo de El temporal, con un aire plácido que pone un pie en el blues y el otro en el candombe.

A primera escucha, uno no sabe si Wolf es naif, si es irónico o si es un genial tomador de pelo. La segunda, descubre infinidad de sutilezas estilísticas y poéticas que había pasado por alto, escondidas en canciones que son también ajustadas narraciones del amor y de la vida. La tercera, se da cuenta que es un músico que nos acompañará toda la vida.

 

CAFF

CAFF. Sánchez de Bustamante 772. Jueves 15, a las 21.