Espejos de plata

Por: Cecilia Navesnik

Separados por más de cien años de historia, dos fotógrafos -uno norteamericano y otro argentino-se cruzan en un proyecto nacido de un afán común.

Las fotos antiguas me generan ternura, o quizás sea una especie de nostalgia de lo que no viví. Todo tiene el vigor de los comienzos, cierta crudeza y a la vez ingenuidad. Cuando retratan mi ciudad o mi país, busco reconocer cada rincón, explorar cómo cambió todo (o cómo no cambió nada). Los protagonistas de las fotos se convierten en mis ancestros, en parientes lejanos, en familia. Esta muestra tiene algo que ver con eso.

La historia comienza con el norteamericano Harry Grant Olds, un fotógrafo que en 1899 decidió abandonar su estudio en Mansfield, Ohio, para instalarse en Valparaíso. Después de un corto tiempo ahí, recibió el nuevo siglo en Buenos Aires, donde pasaría el resto de su vida. Empezó a realizar expediciones fotográficas. Sus imágenes ilustraban revistas o se convertían en postales. Trabajaba con negativos en placas de vidrio de 20 x 25 cm. Hacía tomas de paisajes, edificios, calles, plazas, interiores. Retrataba diferentes oficios, vendedores ambulantes, celebraciones y costumbres locales.

Una de esas expediciones lo llevó a una quema de basura en el barrio de Flores. Allí fotografió una vivienda precaria, construida con latas de kerosene, junto a la que un hombre rodeado de humo armaba un cigarrillo. Cuando, en 2013, el argentino Alfredo Srur se topó con una colección de sus placas, esta imagen fue la que llamó su atención. Hoy esa zona del bajo Flores alberga una de las villas más grandes de la ciudad, que Srur recorre como fotógrafo hace años. Hubo algo en esa coincidencia, en los temas y el modo de abordarlos, con los que se identificó. La colección de Olds estaba mal conservada; Srur se convirtió en su cuidador.

Amplió esos negativos (haciendo aparecer detalles invisibles), viajó a Estados Unidos en busca del estudio abandonado, volvió a Flores -copia en mano- para mostrársela a sus habitantes actuales e intentar dar con la locación original, y realizó una serie en la villa 1-11-14 en la que incluyó en cuadro la foto de la casilla. La muestra refleja ese recorrido en blanco y negro, sumado a autorretratos de Olds niño y adulto, postales rescatadas, y fotos de su estudio, el traslado a Sudamérica y sus expediciones argentinas.

Espejos de plata es un viaje en el tiempo que se actualiza en cada toma. Un diálogo de miradas, un juego serio y un homenaje.