La reina del pabellón

Por: Atilio Tustali

Un esperado material de Gonzalo Demaría desembarca en la ciudad. En esta oportunidad, otra denuncia, a las esferas de poder y de nuestra (in)justicia.

Esta nueva entrega del reconocido autor y director que lleva como subtitulo Al malvado juez del Hoyo los convictos lo hacen pollo, muestra uno de sus excéntricos materiales alineados filosóficamente con aquellos en los que denuncia, en los que nos muestra una grotesca falencia en nuestras Instituciones, en nuestra vida social y que tan mal nos han hecho a los argentinos. Esas falencias que nos van hundiendo como sociedad. Es un texto en la misma sintonía de La anticrista y las langostas contra las vírgenes encratitas, en el que denunciaba el feudalismo en provincias del Norte, citando puntualmente el caso de la pareja Suárez y su permanencia al frente de la provincia de Santiago del Estero, o su El diario del Peludo, citando la última presidencia de Hipólito Yrigoyen en metáfora a la enfermiza clase política nacional y su relato en contraposición a la realidad, demostrando que la usanza de los poderes actuales no es invento moderno.

Demaría, en su vasto conocimiento sobre nuestro pasado, nos enseña situaciones que marcaron nuestra sociedad, en obras como Juegos de amor y de guerra o como en Deshonrada.

En este material, construido en verso, hay un elevado estilo de la palabra que contrasta con el contenido vulgar. Métricas y rimas propias del Siglo de Oro se enfrentan a un vocabulario carcelario o tumbero. Lo cierto es que Demaría no nos hace “el verso”, nos explica claramente cómo se maneja la justicia en estos días. En esta feroz sátira reconstruye nuestra historia más reciente.

Si al asistir al espectáculo, encuentra una similitud con algún juez actual, de reciente retiro, no es mera casualidad, si encuentra un paralelo en el esparcimiento del protagonista con el reconocido Spartacus, piense cómo se divertía el juez en cuestión y sobre todo, analice cómo se realiza el nombramiento de un Ministro de cultura en nuestros días.

​Demaría se ha rodeado de un quipo estupendo, Gonzalo Cordova en el diseño de iluminación, Julio Suárez para el diseño de vestuario y un ingrediente muy importante es quien adiestró al elenco en las acciones corporales, un púgil de carrera como Cristian “La Joya” Roda.

La dirección muestra cómo el patio de un penal se convierte en circo y los convictos en gladiadores, gracias a las interpretaciones de Hugo Agudo, Bruno Alcón, Nahuel Bazán, Nacho Pérez Cortés, Joaco Vázquez y Agustín Vera.

Aquí se vuelve a reunir una dupla muy efectiva, que hizo de culto aquel Conurbano 1º. La selección para el emperador romano y quien alzará o bajará el pulgar para dar la libertad de asistir a su lecho, la realiza el agente y funcionario de la penitenciaria, construido con asombrosos detalles por el reconocido actor Daniel Campomenosi, quien rinde pleitesía por favores, al mismísimo Juez del Hoyo, compuesto magistralmente por Fabián Minelli, en un trabajo que deja azorado al público que cada fin de semana se da cita de manera masiva, para observar impávido lo que nos ocurre a los argentinos. Esta dupla funciona con tal precisión y conocimiento que cada presentación se transforma en un duelo. El ganador es el espectador.

Cuando aparece un texto de Gonzalo Demaría, es una pieza de culto en nuestra cartelera. Yo que usted agendo un fin de semana para reírme y conocer los pormenores de tan renombrada historieta nacional, de otro que nos hizo el verso y sigue libre.