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Documental

Liberami

Por:

Se estrena un film que registra la labor de unos curas exorcistas en Italia.

Cada vez se ven más películas de terror basadas en posesiones demoníacas. Esos relatos tienen su contrapunto en la realidad.

Parece ser que la demanda de exorcismos creció en el mundo. Ciudades como Roma, por ejemplo, hasta tienen un call center para llamar a los curas especialistas ante una supuesta posesión.

El inquietante tema sedujo a Federica Di Giacomo, cineasta italiana que además  se graduó de la Universidad de Florencia en Antropología. Por el guión de Liberami, co-escrito con Andrea Sanguigni, ganó el premio Solinas por mejor guión de documental en 2014. Y ya con la película terminada, el Premio de la Sección Orizzonti, nada menos que en el Festival de Venecia.

Aquí  estuvo programada en el BAFICI pero mucha gente se quedó sin verla entre tanta oferta. Tiene escenas fuertes y perturbadoras, quiero avisarles desde el vamos. Pero también tiene pasos de comedia, momentos de reflexión acerca de este mundo que hemos ordenado como un infierno. 

La acción está centrada en una pequeña iglesia, en Sicilia. Su cura, el padre Cataldo, es el exorcista del barrio. Todos los días se agolpa la gente en la sacristía, buscando ayuda y amparo. El padre los atiende y los escucha. Dialoga a los gritos con los diablos de cada uno.

La directora hizo un gran trabajo de campo. Logró filmar a los poseídos. Los acompañó en su intimidad durante los ritos y en sus casas. Para eso debió conocerlos, convivir con ellos, asistir a las misas sanadoras, presenciar exorcismos.

Es una peli graciosa, con mucho de ironía y de piedad a la vez. No se enfoca en el demonio, como las producciones hollywoodenses, sino en ese cariz cotidiano, burocrático casi, de hospital público, que significa para los posesos ir muchas veces por semana a tratarse el mal, como si fuera una enfermedad crónica. El médico es el padre Cataldo, que le habla de vos al maligno y que le tiene profunda compasión a sus fieles.

¿Se pueden expulsar los demonios? ¿Existen como entidades? Esos arrebatos filmados por Federica ¿tendrán más que ver con deseos reprimidos, dolores secretos, frustraciones, demasiada dosis de capitalismo en la vida de los pobres seres humanos?

Liberami narra eso también, en cierta forma. El escape a lo medieval en todas su facetas. En la cuestión de la fe (que puede mover montañas así como inducirte a una locura temporal), en esta práctica antigua de la humanidad de agruparse para sobrevivir, en la mano en la frente, en eso de tocarse y de mirarse a los ojos.

Después de todo, en las clínicas y las prepagas los médicos, abrumados de trabajo, te diagnostican sin tocarte, sin preguntarte por tus cosas. Si llorás de pena, los psicólogos te acercan una caja de pañuelitos con el logo de algún antidepresivo.

El padre Cataldo, en cambio, te habla de un paraíso que te espera, lucha con tus demonios, te da un espacio (real o imaginado, como Dios o el diablo), de esperanza. Recomendada.

Malba cine. Av. Figueroa Alcorta 3415. Sábados de julio a las 22.