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Estreno internacional

Spring breakers: Viviendo al límite

Por: Sebastián Tabany

Realizador indie norteamericano suma actrices de Disney en una -a primera vista- efectista comedia que encierra un comentario social profundo.

El nombre de Harmony Korine no es reconocido en el mundo cinematográfico salvo por algunas personas que han visto sus películas anteriores. De hecho, y aunque no parezca, el nombre Harmony remite a un hombre, no a una mujer. Gummo y Trash humpers son films independientes de este cineasta norteamericano que se ha mantenido al margen de Hollywood por varios años. Coescritor de la seminal Kids de Larry Clark, realizador de Julien Donkey-Boy (no acreditado ya que pertenece al noventoso movimiento Dogma) y director de especiales para la televisión del mago David Blaine (¡!), Korine ha estado sumido en la más pura independencia, por lo menos hasta ahora. Spring breakers no es un tanque de los estudios, pero la elección en el reparto de las actrices de Disney Vanessa Hudgens y Selena Gomez provoca una atracción mediática inmediata que va más allá del CV de Korine. Me refiero, poca gente está ávida del próximo opus del director.

Los films de Korine, fiel a su estilo indie, no tienen una narrativa clara y su puesta en escena es por lo menos, básica (plano, contraplano y ya). Su atractivo pasa por los temas que aborda y sus historias. Spring breakers, por el contrario, es su film más pulido, no solo visualmente en la elección de colores saturados, sino también en su cámara y edición, especialmente en una escena de robo.

Desde el póster hasta las fotos de promoción, el marketing de Spring breakers ha sido exitosísimo. En cuanto a la historia, se trata de cuatro chicas universitarias (Hudgens, Gomez, Rachel Korine y Ashley Benson) quienes deciden roban un local para pagar su viaje a Florida de vacaciones. En el camino descontrolan y encuentran personajes pintorescos como el rapero y cafishio Alien, interpretado por James Franco.

La controversia, si se quiere llamar así, es la constante promoción de Hudgens y Gomez en bikini prometiendo lo prohibido. Y lo atractivo es que ellas vienen del mundo Disney, donde todo es inocencia. Hay un sesgo de perversión explícito con el que Korine juega todo el tiempo a propósito.

Al director siempre le ha gustado la gente con vidas mundanas y lo que hacen con ella. Sus personajes cometen atrocidades, pero porque están sumidos en ese contexto y no se cuestionan una evolución. Spring breakers, por el contrario habla de los sueños de las personas y de lo uno es capaz para cambiar y mejorar, aun a riesgo de perder sus valores. Utiliza las vacaciones como la excusa perfecta para el “vale todo”, como si lo acontecido en ese periodo estuviera encapsulado en el tiempo sin tener consecuencias. Al mismo tiempo, y en esto reside el gran atractivo de la película,  Spring breakers es un comentario social, una observación sobre una cultura que quiere ser adulta quemando etapas pero al mismo tiempo quedarse inmortalizada en una adolescencia perpetua. Y qué mejor que utilizar a Hudgens y Gomez, que ya crecidas y adultas, la sociedad se empecina en devolverlas a su caja de cristal, como si esa fuera su vida para siempre, sin evolución, madurez ni cambio.

Estreno en Buenos Aires: 9 de mayo.