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Estreno internacional

La mejor oferta

Por: Sebastián Tabany

Geoffrey Rush es un monomaníaco rematador de arte en esta historia de amor- obsesión del director de Cinema Paradiso.

El director italiano Giuseppe Tornatore se hizo un nombre internacional cuando en 1988 filmó Cinema Paradiso y su sentida oda al cine se transformó en un clásico. Al film le fueron extirpados más de cuarenta minutos de su metraje original para hacerlo más accesible a públicos internacionales. Y sirvió, porque Tornatore no es el director más sutil de la historia y le gusta machacar en la pantalla sus ideas no una, sino varias veces, como si el público no entendiera referencias y necesitara que le expliquen todo por demás. Por el otro lado, Tornatore es un esteta, un preciosista de la imagen. Este desbalance entre forma y tono hace sus obras resulten más intrigantes que exitosas.

Tal es el caso de La mejor oferta, que si bien es 100 %  italiana desde la producción hasta las locaciones como Milán, Roma y Trieste principalmente, el director ha elegido filmarla en inglés con Geoffrey Rush como protagonista.

Rush interpreta a Virgil Oldman (cero sutileza en el nombre y apellido), un obsesivo rematador experto en arte que ha amasado durante su vida cientos de retratos de mujeres, aunque no ha tocado una en la vida real. El hombre recibe una llamada de una joven llamada Claire (la modelo danesa Sylvia Hoeks), quien le pide que tase el contenido de una mansión que ha heredado. Lo que encuentra es un tesoro, pero no a Claire, a quien debido a su agorafobia no se la ha visto en años. Mientras cataloga con precisión y entusiasmo la colección Oldman comienza a obsesionarse con Claire, con quien se comunica a través de una puerta cerrada. En una subtrama, el rematador recibe lecciones amorosas, cual Cyrano, de Jim Sturgess, un experto mecánico reparador de autómatas pertenecientes también a la herencia.

El director traza un paralelo entre la relación hombre maduro/ joven, a la Lolita, y la obsesión por el arte. Ninguno de los dos es racional y ambos, por seguro, están destinados en el final a fracasar. Ambas monomanías en el fondo, reducen la esencia del otro y su apreciación y respeto terminan por ser avasalladas en pos de un egoísmo narcisista. Tal parece ser el tema de La mejor oferta y Rush, quien es el protagonista absoluto, nos provee un personaje magnético y finalmente complejo. Es una lástima que Tornatore no confíe en el público ni en la magnífica actuación de Rush y quiera subrayar lo que ya era claro desde el comienzo.

Estreno en Buenos Aires: 3 de abril.