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Estrenos argentinos

Por un puñado de pelos

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La nueva película de Néstor Montalbano es cualquier cosa menos aburrida. Propone un viaje mágico al interior profundo, sin perder el humor de sus trabajos anteriores.

Hay pocas películas argentinas que hablen del interior del país. Pero todavía hay menos que además, sean comedias.

Doblemente osado es entonces Néstor Montalbano, que se atreve a meterse con una historia de imaginarios populares de la Argentina y lo hace a su manera. Es decir, comedia delirante mediante.

Tuti Turman es un muchacho que lo tiene todo. Es pintón, de ojitos claros, verso a flor de labios y además tiene un papá millonario que lo banca.

El único dolor de Tuti es su calvicie. A pesar de su juventud, el pelo se le esfuma todos los días un poco. Su pelada espanta a las chicas de su entorno y se va quedando sin amigos.

El portero de su edificio, un morocho flaquito llamado Héctor, le comenta de manera casual que en su pueblito natal hay una cascada milagrosa que hace crecer el pelo de la gente. Tuti se desespera por acompañarlo hasta allí.

La película pasa de un ambiente porteño a un paisaje de casitas de adobe, paupérrimas y habitadas por personajes muy curiosos, como la Ñaca (abuela de Héctor), la Braulia o el Machaco (hermana y cuñado).

El pueblito esconde la leyenda del Chapi, una especie de gauchito Gil del pelo. También hay una hermosa doncella, la sobrina de Héctor, con una larga cabellera que rehúsa ofrecerle al santo.

En ese escenario, el choque de culturas es inevitable. Montalbano lo resuelve con humor, muchas veces demasiado grueso, pero en medio de todas las escenas hilarantes se intuye una verdad. Hay dos países, dos formas de ver la vida.

El elenco es muy gracioso y viene de diversos puntos cardinales. Hay actores y extras de San Luis y allí se filmaron los exteriores. El Pibe Valderrama compone al alcalde del pueblo vistiendo trajes de spaghetti western. Su participación divierte muchísimo.

Norma Argentina se atreve a cualquier desafío y se luce con su personaje de la Braulia. Nicolás Vázquez está muy simpático y convincente en su primer protagónico en el cine, pero el que se roba la película es sin dudas Rubén Rada. Su Machaco por momentos emociona y una se pregunta por qué no aparece más seguido en la pantalla grande. El elenco se completa con Natalia Sánchez, Daniel Ferreyra e Ivo Cutzarida.

Hay una secuencia de animación y un aire de película de vaqueros que se esfuma consumido por el misterioso mundo de las leyendas populares. El clima es más de Nazareno Cruz que de Clint Eastwood.

Más mesurada que Soy tu aventura y Pájaros volando, Por un puñado de pelos no busca la risa todo el tiempo. Busca contar una historia.

Montalbano tiene una virtud, y es la filmar contra viento y marea. El hombre ve lo que hay y se manda, con gran pasión. Salen estas suertes de collages, con elementos traídos de todas partes. Pero en ese patchwork aparentemente caótico, hay alguien que sabe lo que quiere decir.