El club de los vampiros

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El dramaturgo, compositor e investigador Gonzalo Demaría nos ofrece un atrapante viaje por el período rosista.

Un tenor inglés, muy joven y muy rubio, llega a Buenos Aires en 1851. El segundo gobierno de Rosas agoniza, pero no se entregará sin prodigarle al pueblo sus últimos estertores: coágulos de sangre, muertes sin compasión y extrema crueldad.

Del mito de Rosas como el rey de la barbarie se nutre Gonzalo Demaría para construir una atrapante novela, a imagen y semejanza de aquellas del romanticismo rioplatense.

Un poco alejado de ese desparpajo pop y del humor de su primera producción literaria, Las pochoeaters (2009), en este libro se concentra en desplegar sus exactos conocimientos de una época, que pinta en páginas góticas, trasminadas por los sentimientos de su protagonista, sin perder nunca de vista el ritmo de la narración.

A manera de viejo folletín, encadena los sucesos generando un clima de suspenso creciente, misterioso y pesadillesco, que sirve para enmarcar una historia de amor inesperadamente cándida y tierna en medio de tanta violencia.

No faltan interesantes cruces entre aquel pasado y este presente de cuento de terror. Los hechos que han acontecido están hábilmente intervenidos con la imaginación del autor, que propone un paseo por los jardines del infierno, o mejor dicho, por los jardines de Palermo, instantes antes de Caseros.