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Bar

Portezuelo

Por: Paul Munton

Un clásico que se mantiene como bastión porteño a lo largo de varias generaciones de habitués.

Una de las cucardas que posee la fauna nocturna de esta ciudad, es el logro de transformar en un clásico, a fuerza de fidelidad y permanencia, a nuestro querido Portezuelo.

Recuerdo en los 80 cuando era un lugar de encuentro obligado para estudiantes, en esa simpática ubicación, sus mesas repletas, la puerta llena de motos, la gran actividad.

En el presente se ha transformado en un clásico para todas las edades y es masivo. Soy un acérrimo habitué del lugar, he visto pasar mucha gente de un lado y del otro de la barra y siempre mantuvo la calidad, hasta podría decir que como los buenos vinos, mejoró. A toda hora es atractivo. Pero lo mejor, para mí, es a la noche, en cualquier momento, siempre gente linda, los grupos de hermosas amigas en las mesas disfrutando el happy-hour que da comienzo a las 18 hasta las 21 y es muy conveniente de lunes a viernes. Siempre encuentro alguien con quien seguir o regresar a altas horas. La cocina es más que buena y cierra a las 3 de la madrugada. Los grupos de final de día agitado, bellas que terminan allí. Algún encurdelado que nunca falta, hablando con el bartender en la barra.

En ese hermoso altar tan bien provisto, hay bebidas de tanto lugar del mundo como las produzca, vinos, cervezas nacionales e importadas, whiskies, rones, entre otras bebidas. Podés tomar lo que quieras, dicho por turistas provenientes de diversas latitudes del globo. Ese lugar del salón guarda cierta solemnidad que solo respetamos los que conocemos su valor en profundidad. Allí podés festejar con el mejor champagne, pero de verdad, el mejor; disfrutás de tragos que solo los saben hacer allí, a tradicionales Negroni, Coloradito, Tom Collins o uno de mis preferidos, el Lord George. Con la incorporación de la comida de autor y a esto es cuando hablo de superación del lugar, se puede tapear con exquisiteces a un costo muy moderado, con platos que van desde las Rabas con mayonesa de zanahoria, los pinchos de langostinos rebozados en cereal con guacamole y mayonesa de remolachas, las bruschettas de salmón ahumado con melón y queso azul, unas clásicas Rabas que llevan el detalle de estar acompañadas por una mayonesa casera de zanahorias o unos deliciosos Pinchos de langostinos que el chef David Ribulgo elige rebozar con cereales y untar con guacamole y mayonesa de remolacha, entre otros platos como el ceviche elaborado con la pesca del día o sus Philadelphia Rolls.

En lo que a cocina se refiere podemos hablar un largo rato, incluso si el plan es compartir, la Parrillada de Mar con almejas, langostinos, salmón rosado, mejillones, pulpitos, calamares y pesca del día sellada a la parrilla es una opción genial.

Cada ingrediente que allí hay es de calidad, cada momento que pasás es bueno, buena música, clima excelente. Para mí es uno de los mejores bares de la ciudad y no hay que perdérselo. 

Portezuelo

Vicente López 2160 - 4806-9462 / portezuelo@portezueloweb.com 

Domingo a jueves de 18 a 4. Viernes y sábado de 18 a 5. Cocina: abierta todos los días hasta las 3 AM.