RECOMENDADOR DE ARTES Y ESPECTÁCULOS

Drama

El último espectador

Por: Manuela Roca

Con una excepcional actuación, Manuel Vicente construye un atrapante relato con sabor a derrota.  El teatro como forma de supervivencia animal y espiritual.

Una tenue luz ilumina el viejo bar arrabalero donde transcurre la acción y en el escenario aparece él: es el director y último integrante de una compañía de teatro desintegrada, testigo final de aquello que fue o pudo haber sido. Con su relato transportará al público a través de la historia de esa compañía ambulante que viajaba no solo buscando el pan que llevarse a la boca, sino también eso que los mantenía vivos y juntos: la magia del acontecimiento teatral.

El encargado de ponerle el cuerpo a este relato es el gran Manuel Vicente, quien construye un universo lleno de personajes y de historias de un pasado que supo ser mejor. Usando nada más que su cuerpo y su voz, trae al presente a cada uno de los integrantes de su compañía, que lo acompañaron en lo que fue su proyecto de vida. Para su personaje, traer esos recuerdos es una forma de resistencia ante la indiferencia.

La añoranza (que contrasta frente a un presente solitario y oscuro) es la clave de esta pieza escrita y dirigida por Andrés Binetti. Una vez más, Binetti demuestra su habilidad para construir atmósferas detalladas y específicas, investigando las sutilezas en las formas de vida y costumbres de los personajes que quiere plasmar. Para poner en  escena el mundo donde transcurre esta acción, el director contó con el impecable trabajo de Alejandro Mateo en escenografía y vestuario, quien se encargó de construir un espacio cargado de la nostalgia e incertidumbre que la obra necesitaba. Con todo esto, El último espectador se instaura sin duda alguna como una de las piezas imperdibles para los amantes del teatro en esta temporada teatral en Buenos Aires.

Teatro del Pueblo.

Teatro del Pueblo. Av. Roque Sáenz Peña 943. Sábados a las 18.